Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. — JOSUÉ 1:8
Lo que sigue es una palabra del Señor que recibí hace muchos años, pero su verdad es eterna; se aplica a todos nosotros en todas partes, incluso hoy.
Prestad atención; escuchad con mucha atención.
Porque es precisamente aquí donde el hombre falla principalmente.
Todo fracaso en la vida cristiana se puede encontrar en lo que se dice en este mismo momento.
Escuche atentamente; escuche con la mente abierta.
Recíbelo con un corazón receptivo.
Medita sobre ello hasta que encuentres la verdad.
Y entonces, al decirlo desde tu corazón, todo lo que es Mío se convertirá en tuyo.
Porque muchos de Mis propios hijos que son muy sinceros y honestos, y aún buscando encontrar, no encuentran, porque no meditan en Mi Palabra y no escuchan atentamente lo que se dice, ni continúan leyendo Mi Palabra.
Pero meditar en Mi Palabra, recibirla en tu espíritu y confesar: “¡Es mía!”, seguramente traerá bendiciones cada vez.
Confesión: Presto atención a la Palabra de Dios. Presto atención a la Palabra de Dios. La recibo con una mente y un corazón abiertos. Medito en la Palabra y digo desde mi corazón: “¡Es mía!”.
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