Asimismo toda enfermedad y toda plaga que no está escrita en el libro de esta ley, Jehová la enviará sobre ti, hasta que perezcas. — DEUTERONOMIO 28:61
Todas las terribles enfermedades enumeradas en Deuteronomio capítulo 28 son parte del castigo por quebrantar la Ley de Dios. Así lo dice en el versículo 61. Bueno, deberían venir sobre nosotros, porque todos hemos pecado: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23). Esas enfermedades deberían venir sobre nosotros, pero, gracias a Dios, Jesús tomó nuestro lugar. Se hizo pecado por nosotros. Se hizo enfermedad por nosotros. ¡Tomó nuestro lugar para redimirnos de la enfermedad!
En la versión King James, uno podría llegar a creer que Dios mismo pone enfermedades y aflicciones sobre Su pueblo. Por ejemplo, Deuteronomio 28:22 dice que el Señor te herirá. Pero no se puede simplemente hojear la superficie de la Biblia y descubrir lo que dice. En Hints to Bible Interpretation (Sugerencias para la interpretación de la Biblia) del Dr. Robert Young, señala que el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo. En el hebreo original, el verbo está en sentido permisivo en lugar de causal. En realidad, debería haberse traducido algo así como: “El Señor permitirá que seáis heridos. El Señor permitirá que estas plagas caigan sobre vosotros”.
De todos modos, ¿de dónde sacaría Dios la enfermedad para ponerte? En el cielo no hay ninguna enfermedad. Él tendría que robarla primero, antes de poder ponerla en ti, porque no tiene ninguna.
Confesión: Dios no pone enfermedades ni dolencias en las personas. Él no me pone enfermedades ni dolencias. Yo me resisto a las enfermedades y dolencias porque no vienen de Dios.
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