El Espíritu mismo [Él mismo] da testimonio a nuestro espíritu de que somos hijos de Dios; y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo . . . . — ROMANOS 8:16,17
¿Crees que las personas que vivieron bajo el Antiguo Pacto podrían ser más bendecidas que las de la Iglesia del Señor Jesucristo?
¿Crees que las personas que vivieron bajo el Antiguo Pacto podrían ser bendecidas financieramente, estar bien y sanadas, pero los de la Iglesia no?
¿Crees que la Iglesia, Cuerpo de Cristo, Cuerpo del Hijo de Dios, Cuerpo del Amado, tendría que luchar durante toda la vida, pobre, demacrada, consumida por el hambre, enferma y afligida, cantando: “ Aquí deambulo, como un mendigo, entre el calor y el frío”?
¡Fuera esas ideas!
¡La Biblia declara que somos coherederos con Cristo! ¡Hijos de Dios! ¡Hijos de Dios! ¡En el Reino de Dios!
¡No somos mendigos! Somos nuevas criaturas.
Somos bendecidos sobre todas las personas.
Confesión: El Espíritu Santo mismo da testimonio a mi espíritu de que soy hijo de Dios. Dios es mi propio Padre. Soy su propio hijo. Y como soy su hijo, entonces soy su heredero. ¡Soy heredero de Dios, el Creador del universo, y soy coheredero con Jesucristo!
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