Finalmente, hermanos míos, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza. Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis resistir las artimañas del diablo. — EFESIOS 6:10,11
¿Qué pensarías si vieras a un policía de tránsito delante de un coche intentando detenerlo? Uno pensaría: Él no puede hacer eso. ¡No es rival para ese auto!
Algunas personas leen Efesios 6:10 y piensan que el Señor les está diciendo que sean fuertes en sí mismos. Y están tratando de ser fuertes. Dirán: "¡Oh, oren por mí para que persevere fiel hasta el final!" Pero Dios no dijo una palabra acerca de que seamos fuertes en nosotros mismos o en el poder de nuestras fuerzas.
Ese policía de tránsito se para frente a esos autos y levanta la mano, porque sabe que van a detenerse por él. Él mismo no tiene que ejercer ninguna fuerza; es fuerte en la autoridad que le ha sido dada.
Eso es lo que el Señor nos está diciendo. Él está diciendo: “Sed fuertes en el Señor. Sé fuerte en la autoridad de Su poder. Simplemente sal frente a ese diablo que se aproxima. Levante su mano en el Nombre de Jesús y diga: '¡Hasta aquí y no más! ¡Detente ahora mismo!'"
Confesión: Soy fuerte en el Señor y en el poder de su fuerza. Estoy investido de autoridad del Señor Jesucristo. Cuando levanto mi mano en el Nombre de Jesús y digo: “Hasta aquí y no más”, ¡el diablo se detiene en seco!
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