En quienes el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del glorioso evangelio de Cristo, el cual es la imagen de Dios. — 2 CORINTIOS 4:4
No se puede negar el hecho de que el mal existe en este mundo. Y la existencia del mal ha hecho que muchas personas sinceras rechacen la creencia en un Dios de amor. No han entendido que el mal fue el resultado del reinado de Satanás sobre la humanidad como príncipe y dios de este mundo. Pensaban que Dios gobernaba sobre todo. Pero no, Segunda de Corintios 4:4 dice que Satanás es el dios de este mundo. La Biblia no dice que Dios sea el Dios de este mundo. Satanás es el dios de este mundo. También se le llama el príncipe de la potestad del aire (Ef. 2:2).
Hay filósofos que se han visto tan afectados e impactados por el reino del mal que han llegado a la conclusión de que el “principio central” del universo es el mal. Pero están equivocados. No es el Creador, sino el usurpador, Satanás, quien es la fuente del mal.
Las dos divisiones del mal son el dolor y el pecado. Ahora bien, el dolor puede tener varias subdivisiones, pero el conjunto principal de dolor conocido y expresado por la humanidad es el dolor causado por la enfermedad. Tanto el pecado como la enfermedad son obra de Satanás. El pecado es una enfermedad del espíritu y la enfermedad es una enfermedad del cuerpo físico.
Establece en tu espíritu de una vez por todas que Satanás es el autor de las enfermedades y los padecimientos. Y cuando sabes de dónde viene, ya no le tienes miedo.
Confesión: Satanás es el dios de este mundo; él es el autor de las enfermedades y las dolencias. Por lo tanto, resisto la enfermedad y las dolencias en el Nombre de Jesús.
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