Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret: el cual anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo; porque Dios estaba con él. — HECHOS 10:38
Casi todo el mundo cree que Jesús sanó a los enfermos cuando estuvo aquí en la tierra. Casi todo el mundo cree que los apóstoles ministraban a los enfermos. Pero muchos también creen que cuando murió el último apóstol, todo eso cesó.
Bueno, cuando Jesús estuvo aquí en la tierra, Su ministerio fue doble: (1) afectar los espíritus de los hombres y (2) afectar los cuerpos de los hombres. Cuando murió en la Cruz, Su muerte fue doble: (1) llevar nuestros pecados y (2) llevar nuestras enfermedades. Está escrito, ". . . Él mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias” (Mateo 8:17). Lo mismo ocurre hoy. El doble ministerio de bendición para nuestro espíritu y cuerpo ha continuado desde el ministerio terrenal de Cristo hasta el día de hoy en el que vivimos usted y yo.
Cristo llevó la muerte espiritual del hombre para que el hombre pudiera tener vida. Y Cristo llevó las enfermedades del hombre para que tuviera salud. Dios ha hecho provisiones para la salvación y la salud del hombre. Y Él nos lo ha revelado en Su Palabra.
Confesión: Dios ha hecho provisión para que yo sea salvo y sanado. Creo Su Palabra y recibo salvación y sanidad
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