. . . Cuando [el diablo] habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira. — JUAN 8:44
Después de que la mujer murió, este pastor de las Asambleas de Dios me dijo: “Cuando los médicos le realizaron una autopsia, no pudieron encontrar ningún rastro de cáncer de ninguna manera o forma en su cuerpo. Su hígado era tan perfecto como el hígado de cualquier otra persona. No pudieron encontrar rastro de cáncer. No saben por qué murió”.
Sé por qué murió. Ella comenzó a dudar. Dejó entrar al diablo y empezó a creer que tenía cáncer. Ella comenzó a creer sus mentiras. Los médicos dijeron: “No podemos encontrar ninguna razón por la que murió”.
Un milagro comenzó en su vida, sin embargo, ella fue despojada de lo mejor que Dios tenía para ella, a causa de la duda. Creo que si Jesús hubiera estado allí para hablar con ella personalmente, le habría dicho: “¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?”. De hecho, le he hecho decir eso a mí. Y cuando lo hizo, me enderecé y lo hice bien.
La duda le robó a Pedro lo mejor que Dios tenía para él. Recuerde, Pedro era un hombre que caminó con Jesús. Él era parte del círculo interno que lo siguió. Sin embargo, a Pedro le robaron lo mejor de Dios. Me pregunto cuántos más de los que caminan con Jesús son despojados de las bendiciones que Dios quiso que tuvieran.
Confesión: ¡ Me niego a creer las mentiras del diablo! Creo en la Palabra de Dios. Creo que
de acuerdo a Su Palabra, estoy sano, completo y saludable en el Nombre de Jesús.
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