Porque de cierto os digo, que cualquiera que dijere a este monte: Quítate, y échate en el mar; y no dudare en su corazón, sino que creyere que será hecho lo que dice; tendrá todo lo que diga. — MARCOS 11:23
Hace varios años, tenía una hemorragia en mi cuerpo. Tuve síntomas de dolor graves. Era casi intolerable. El diablo me estaba dando visiones mentales de cáncer. No tenía ningún tipo de inspiración, y todos los sentimientos que tenía eran negativos.
Ahora aprendí la tabla de multiplicar hace muchos años. Aún funciona. Tres por tres sigue siendo nueve. Nunca me detengo a pensar, ¿Funcionará eso? ¿Supones que tres por tres sigue siendo nueve? ¿Crees que la tabla de multiplicar funcionará hoy? No puedo hacer que funcione para mí. Veo que funciona para otros, pero no funcionará para mí. No, si la multiplicación no te funciona es porque no conoces bien el principio.
Me dije a mí mismo mientras estaba acostado en la cama: “Aprendí lo que es la fe. Aprendí Marcos 11:23, que dice: 'Cualquiera que diga y no dude en su corazón, sino que crea que lo que dice se cumplirá, todo lo que dice le será hecho'”.
Entonces comencé a decir: "Según la Palabra de Dios, estoy sano". Ante el dolor, ante los síntomas más alarmantes, dije esto. Todos los síntomas comenzaron a disminuir casi de inmediato. Y en dos o tres días, todos los síntomas desaparecieron.
Confesión: digo y no dudo en mi corazón. Creo que las cosas que digo se cumplirán. Todos los días digo: “¡Según la Palabra de Dios, estoy sano!”.
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