Toda Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra. — 2 TIMOTEO 3:16,17
¿Se dio cuenta de que meditar en la Palabra, practicar la Palabra y darle el primer lugar a la Palabra, los primeros tres pasos para entrenar el espíritu humano, vienen antes que obedecer su espíritu?
Si tu espíritu ha tenido el privilegio de meditar en la Palabra, de practicar la Palabra, de poner la Palabra en primer lugar, entonces tu espíritu es un guía autorizado.
En el transcurso del tiempo, si sigues los cuatro pasos que acabamos de estudiar, ¡puedes conocer la voluntad de Dios incluso en todos los detalles menores de tu vida!
Pero para que esto suceda, la Palabra de Dios, no el razonamiento humano, debe dominar tu pensamiento. La Palabra nos ha sido dada por el Espíritu Santo. ¡Si la Palabra nos está dominando, entonces el Espíritu Santo está dominando nuestro pensamiento!
La Palabra escrita nos fue dada para desarrollar, moldear, moldear y adaptar nuestra naturaleza espiritual, y nada sino la Palabra logrará esto. Leer acerca de la Palabra no lo hará. Por eso Dios quiere que meditemos en Su Palabra.
Confesión: La Palabra de Dios es buena. Medito en la Palabra de Dios. Observo hacer lo que Su Palabra enseña. Mi camino será próspero. ¡Tendré buen éxito en la vida!
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