Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación. — 1 CORINTIOS 14:3
La siguiente es una palabra de profecía que vino durante un seminario que enseñé sobre ser guiado por el Espíritu:
Mira dentro, dentro de tu espíritu. Porque vuestro espíritu es la vela, la lámpara del Señor, que escudriña todas las entrañas del vientre. Y así conoceréis, y andaréis a la luz de lo que sabéis. Nadie te podrá contradecir, porque tú dirás: “Hay luz en mi morada. Yo soy el templo del Espíritu Santo. Él habita en mí. Él ilumina mi espíritu. Sí, camino en ese testimonio que está dentro de mi espíritu. Hago lo que sé por una intuición interior. Sigo esa premonición profunda en lo más profundo de mi ser. Y así estoy siendo guiado por el Espíritu. Me regocijo y me alegro. Sí, proclamo Sus alabanzas para siempre. Miro a lo que en mí reside. Porque residir en mí es el potencial de todo lo que Dios tiene y es. Todos los atributos del mismo Dios Padre residen dentro de mi espíritu y son potencialmente míos. Porque Él ha declarado, 'Caminaré en ellos. Viviré en ellos. Seré su Dios. Ellos serán Mi pueblo.' Mi Dios no está en una tierra lejana y lejana, fuera de alcance y fuera de alcance. Mi Dios no se sienta en un pedestal; ni puede ser visto con lo físico, ni tocado con la mano. ¡Mi Dios es un Espíritu que reside en el hombre!”
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